miércoles, 25 de junio de 2025

Elogio de la lectura: el arte de habitar otros mundos, otras mentes

En un mundo cada vez más acelerado, donde el tiempo parece desvanecerse entre notificaciones, correos y pantallas brillantes, la lectura permanece como un refugio silencioso. Leer no es simplemente decodificar palabras: es una forma de habitar otros mundos, de encontrarnos a nosotros mismos en personajes inventados, de viajar sin movernos y pensar sin hablar.

🧠 Leer: un acto de libertad

Leer es un acto profundamente humano. Nos permite salir de nosotros mismos para vivir otras vidas, comprender otras realidades y reflexionar sobre la nuestra. Como dijo Jorge Luis Borges:

“Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído.”

El poder de la lectura radica en su capacidad de transformarnos desde adentro. Es una revolución silenciosa que moldea nuestra mente y sensibilidad. No hay lector que sea el mismo antes y después de un buen libro.

📖 Papel vs. Pantalla: ¿realmente importa?

Vivimos una época de transición entre la lectura tradicional y la digital. Aunque ambos formatos tienen sus ventajas, la experiencia de lectura cambia profundamente según el soporte.

📜 Leer en papel

Leer en papel involucra una relación física e íntima con el libro. El olor de las páginas, el peso en las manos, la posibilidad de subrayar, doblar una esquina o dejar un separador… son gestos que crean un vínculo emocional con el texto. Además, si el libro es usado las reseñas de anteriores lecturas enriquecen la propia.

Diversos estudios han mostrado que la lectura en papel mejora la comprensión lectora y la retención de información, sobre todo en textos largos o complejos. El papel no nos distrae: no vibra, no notifica, no deslumbra.

💻 Leer en pantalla

La lectura en pantalla, en cambio, ofrece portabilidad y acceso casi ilimitado a información. Podemos llevar cientos de libros en un solo dispositivo, ajustar el tamaño del texto, buscar palabras clave, y marcar sin dañar el archivo. Pero también corremos el riesgo de caer en la lectura superficial o fragmentaria, atrapados por la tentación de otras aplicaciones abiertas.

Como señala la investigadora Maryanne Wolf:

“Estamos perdiendo la capacidad de lectura profunda; leer en pantalla nos empuja hacia una lectura más rápida, menos reflexiva.”

No se trata de rechazar la tecnología, sino de aprender a usarla sin sacrificar lo esencial: la conexión profunda con el texto y con nosotros mismos.

🕯 Citas que celebran la lectura

De la numerosas frases memorables que rinden tributo a la lectura, me quedo con tres:

  1. Franz Kafka: “Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de nosotros.”
  2. Emily Dickinson: “No hay mejor fragata que un libro para llevarnos a tierras lejanas.”
  3. Carl Sagan: “Un libro es prueba de que los humanos son capaces de hacer magia.”

🌱 Leer para crecer

Leer no es solo un hábito: es una forma de vida. En un tiempo donde reina la inmediatez, leer nos invita a la pausa. A la contemplación. A la profundidad.

Sea en papel o en pantalla, leer es un acto de resistencia contra la superficialidad. Nos permite ese pensar profundo que alimenta el alma y nos da paz y sosiego. Un acto que nos humaniza.

Leamos, entonces, no para matar el tiempo, sino para dar vida a nuestro tiempo.

📌 ¿Leer para olvidar… sirve de algo?

Es común terminar un libro, pasar los meses o los años, y darse cuenta de que uno apenas recuerda la trama o los nombres de los personajes. Y no es baladí pensar ¿Fue tiempo perdido? En absoluto. Aunque el contenido explícito desaparezca de la memoria consciente, la lectura deja efectos duraderos:

🔍 ¿Qué dicen los expertos?

  1. Pierre Bayard, crítico literario francés, escribió el provocador libro “Cómo hablar de los libros que no se han leído”. En él afirma que incluso los libros que hemos olvidado o leído parcialmente influyen en nosotros. Lo importante no es recordar cada detalle, sino cómo ese libro amplía nuestro horizonte intelectual, emocional o imaginativo.
  2. “Olvidar un libro no significa que haya dejado de formar parte de uno.”
  3. Maryanne Wolf, neurocientífica experta en lectura, ha demostrado que leer modifica la arquitectura del cerebro, fomentando la empatía, la comprensión profunda y el pensamiento crítico. Estas capacidades pueden permanecer incluso cuando se olvidan las historias concretas.
  4. La teoría del conocimiento implícito en psicología sugiere que, aunque olvidemos datos concretos, el saber se “fija” en formas de pensamiento, asociaciones, sensibilidad estética o habilidades lingüísticas.

🌱 Lecturas que nos transforman más allá del recuerdo

Cuando leemos, no solo absorbemos información. También:

  1. Aprendemos a empatizar con otras perspectivas.
  2. Desarrollamos la paciencia y la concentración.
  3. Afinamos nuestro sentido del lenguaje, el ritmo, el estilo.
  4. Interiorizamos estructuras narrativas, imágenes, ideas… aunque no podamos citarlas luego con precisión.

Como decía Italo Calvino:

“Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir.”

Incluso olvidado, un buen libro deja marcas invisibles que nos acompañan. Como un sueño del que no recordamos nada, pero que nos cambió el humor o el pensamiento durante días.

Aunque el paso del tiempo borre los nombres, tramas o frases de los libros que leímos, el poso que deja la lectura no se pierde. Cada libro leído —recordado o no— deja una huella en nuestra forma de ver, sentir y pensar. No se trata solo de retener, sino de haber sido transformados. Porque como también decía Borges:

“Uno no es lo que recuerda, sino lo que ha leído.”

sábado, 7 de junio de 2025

Cuando el idioma se convierte en provocación

La Conferencia de Presidentes de ayer nos dejó una imagen inquietante: la presidenta de la Comunidad de Madrid abandonando la sala cuando el lehendakari comenzó su intervención en euskera. Un gesto que no solo fue llamativo, sino que desnuda las tensiones cada vez más evidentes entre las formas y los fondos en la política territorial española.

Hablemos claro: utilizar un idioma cooficial en un foro de coordinación autonómica, donde se sabe que la mayoría no lo entiende, no es solo una afirmación cultural. Es, en muchos casos, una provocación calculada. Un gesto político más que comunicativo. Porque si realmente se quisiera dialogar, ¿no sería más efectivo usar un idioma común, aunque exista ese derroche que pagamos TODOS que es la traducción simultánea? La palabra pierde su fuerza cuando no busca ser comprendida, sino marcar territorio.

Dicho esto, lo que hizo la presidenta de Madrid no se queda corto. Marcharse, en lugar de permanecer y pedir respeto institucional o exigir traducción, es una falta de educación política. Una reacción que no eleva el debate, sino que lo empobrece aún más.

Estamos ante una escena donde todos pierden: el que convierte el idioma en una trinchera simbólica y el que responde a esa provocación con una huida escénica. La política, que debería basarse en el entendimiento, se convierte en una competición de gestos vacíos.

Y mientras tanto, los ciudadanos, una vez más, vemos cómo los responsables públicos usan la diversidad lingüística no como puente, sino como arma. Y eso, en un país que presume de pluralidad, debería preocuparnos profundamente.

miércoles, 4 de junio de 2025

Mucho se habla de los malos líderes, pero… ¿y los malos trabajadores?

En los debates sobre el mundo laboral, los focos suelen centrarse —y con razón en muchos casos— en los malos líderes: jefes tóxicos, gestores ineficaces, superiores autoritarios o incompetentes. Pero hay un grupo que pasa bajo el radar, del que se habla poco o nada, quizás porque no hace tanto ruido, pero cuya influencia negativa es igual de corrosiva: el de los malos trabajadores.

Sí, existen. Son esos especímenes que no destacan por su talento ni por su ética laboral. Vagancia crónica, apatía como filosofía de vida, cero compromiso. Son los que cuentan los minutos para salir antes de haber llegado, los que acumulan bajas con sospechosa regularidad, los que no aportan valor, pero tampoco conflictos… justo lo suficiente para flotar sin que nadie los cuestione abiertamente.


En el sector privado, con algo de suerte, tarde o temprano el sistema los expulsa. Pero en el ámbito público, donde la estabilidad laboral es una fortaleza que a veces se convierte en refugio de la mediocridad, no solo sobreviven… prosperan. ¿El colmo? Que muchas veces, por no molestar, por no destacar ni en lo malo, son los primeros en ser los promocionados. No porque brillen, sino porque no incomodan.

Y mientras tanto, los que se implican, los que intentan cambiar las cosas, los que aportan… acaban frustrados, agotados o directamente marchándose.

No se trata de hacer una caza de brujas, sino de equilibrar el relato. No todos los males vienen de arriba. A veces, la podredumbre también está en la base.

lunes, 2 de junio de 2025

Una sociedad que premia la apariencia y castiga la verdad

Vivimos en una era paradójica. Nunca antes la humanidad había contado con tantos medios para acceder a la verdad, y sin embargo, la mentira parece florecer con más fuerza que nunca. En esta sociedad digital, donde la imagen tiene más peso que el contenido, donde el ruido prevalece sobre la razón, el deshonesto ha aprendido a convertirse en héroe mientras el honesto paga el precio de su integridad.

Nos encontramos ante una cultura que eleva al tramposo carismático y sepulta al justo silencioso. El que grita más fuerte, el que manipula con destreza, el que construye una fachada de éxito sobre cimientos huecos, recibe aplausos y seguidores. Mientras tanto, el que trabaja con humildad, el que persevera sin pedir reconocimiento, el que sufre por una causa que no le dará fama, es tildado de ingenuo o irrelevante.

La humildad, esa virtud que solía ser señal de sabiduría, hoy es confundida con debilidad. La camaradería, con servilismo. La honestidad, con torpeza. Y la coherencia, con rigidez. En su lugar, celebramos la astucia disfrazada de inteligencia, la impudicia como audacia, y la irreverencia vacía como valentía.

Nos hemos convertido en admiradores de héroes de barro. Ídolos fugaces construidos por algoritmos y campañas de imagen, cuya única épica es su capacidad para autopromocionarse. Se desprecia al mártir esforzado, al que entrega su vida por ideales que no caben en un tweet. Porque lo incómodo no vende, lo auténtico no entretiene, y lo profundo exige un esfuerzo que ya pocos quieren hacer.

Esta no es una apología del pesimismo, sino una invitación a resistir. A no renunciar a los valores que sostienen la dignidad humana. A seguir eligiendo la verdad, aunque duela. A valorar al que camina recto, aunque avance lento. A reconocer que la historia no recuerda a los que brillaron un momento, sino a los que se quemaron por iluminar el camino.

Porque si alguna vez vamos a cambiar esta sociedad, no será con más espectáculo, sino con más ejemplo. Y eso empieza, silenciosamente, por cada uno de nosotros.

sábado, 31 de mayo de 2025

¿Es España una democracia madura?


 


 La madurez de una democracia no solo se mide por la existencia de elecciones libres o por tener sus instituciones consolidadas, sino también por la actitud crítica, informada y responsable de su ciudadanía: la forma en que vota, la tolerancia (o intolerancia) frente a la corrupción, la capacidad de análisis crítico ante la información política y su reacción frente a la manipulación emocional de los discursos.En el caso de España, aunque las estructuras democráticas están consolidadas (hasta hace poco al menos eso pensábamos), persisten interrogantes sobre la madurez del electorado y su tolerancia hacia prácticas como la corrupción. Y voy a intentar darles respuesta: 
 

🗳️ ¿Votamos con madurez en España?

Diversos estudios indican que la decisión de voto en España no siempre se basa en programas o ideologías sólidas. A menudo se asume que el voto es una decisión racional. Sin embargo,  muchos ciudadanos eligen en función de criterios emocionales o superficiales: la apariencia del líder, su habilidad retórica, su presencia en redes sociales o televisión, y las filias culturales.

Un estudio de Thinking Heads sobre la reputación del líder político en España (2025) concluye que la percepción pública —más que el programa electoral— determina la simpatía hacia los candidatos y puede influir significativamente en la intención de voto, a veces por encima de las propuestas concretas o de los resultados que hayan obtenido en legislaturas previasThinking Heads

⚖️ Corrupción: ¿una práctica tolerada?

A pesar de los numerosos escándalos de corrupción que han salpicado la política española, muchos ciudadanos continúan votando por partidos implicados. Esto sugiere una cierta normalización de estas prácticas. Según un estudio universitario reciente, la tolerancia a la corrupción ha aumentado en España entre 2017 y 2023, evidenciando una creciente aceptación social de estas conductas .Revistas USCSoriaNoticias

🧠 ¿Refleja el votante la madurez democrática?

La madurez democrática implica una ciudadanía informada, crítica y comprometida. Sin embargo, datos recientes revelan que un 17% de los españoles de entre 18 y 34 años considera que, en algunas circunstancias, un gobierno autoritario es preferible a uno democrático . Esta cifra, en aumento respecto a años anteriores, pone en cuestión la solidez de los valores democráticos entre los jóvenes.ESdiario+1Europa Press+1El País+1ElHuffPost+1

👺 Posverdades: emociones por encima de hechos

¿Cómo influyen las posverdades de los políticos en la ciudadanía?

En la era de la información —y paradójicamente, también de la desinformación— la posverdad se ha consolidado como una herramienta recurrente en el discurso político. Según el Diccionario Oxford, posverdad se refiere a circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes en la opinión pública que las apelaciones a la emoción y a las creencias personales.

En esta era digital, la política ha dejado de estar guiada exclusivamente por los datos. La posverdad —cuando la emoción supera al hecho objetivo— se ha convertido en un arma habitual del discurso político.

Según el I Estudio sobre la desinformación en España (Universidad de Navarra y UTECA, 2022), el 72% de los españoles ha creído alguna vez una noticia falsa, y el 91% cree que la desinformación representa una amenaza para la democracia. (Real Instituto Elcano. (2024). Informe Iberifier: El impacto estratégico de la desinformación en Españarealinstitutoelcano.org/informe-iberifier). 

Además, el Informe Iberifier del Real Instituto Elcano (2024) advierte que los votantes jóvenes son especialmente vulnerables a bulos y relatos emocionales difundidos por redes sociales, sobre todo durante campañas electorales. (Universidad de Navarra y UTECA. (2022). I Estudio sobre la desinformación en Españaunav.edu/estudio-desinformacion.pdf). 

¿Se cree las posverdades el votante español?

La respuesta, aunque incómoda, es que sí, en muchos casos la ciudadanía acoge la posverdad sin un análisis crítico suficiente. Esto se debe a varios factores:

  • Sesgo de confirmación: Las personas tienden a creer afirmaciones que refuerzan sus ideas previas, aunque sean falsas. Un votante de un partido puede dar por buena una mentira si esta beneficia a “los suyos” o perjudica a los adversarios.

  • Exceso de información y fatiga informativa: El ciudadano promedio se enfrenta a un volumen abrumador de noticias. En este entorno, lo emocional y llamativo —aunque falso— cala más fácilmente que lo complejo y riguroso.

  • Pérdida de confianza en medios y expertos: Según el Eurobarómetro de 2024, más del 60% de los españoles desconfía de los medios tradicionales. Esta desconfianza crea un caldo de cultivo donde las afirmaciones infundadas, repetidas en redes sociales o por líderes carismáticos, pueden adquirir rango de verdad.

  • Estrategias deliberadas de los partidos: Algunos políticos han aprendido que la corrección factual no siempre importa. Lo importante es instalar un relato, aunque sea engañoso. Este fenómeno se ha documentado tanto en la izquierda como en la derecha española.

Ejemplos recientes en España

  • Declaraciones sobre inmigración exagerando su vinculación con el crimen.

  • Afirmaciones falsas sobre el coste de políticas sociales o el déficit del Estado.

  • Reescrituras simplificadas (y muchas veces erróneas) del pasado reciente, como los discursos sobre la transición, la memoria histórica o la pandemia.

Consecuencias

  • Polarización: Las posverdades no solo desinforman, sino que dividen. Generan realidades paralelas, donde los votantes ya no debaten hechos, sino creencias irreconciliables.

  • Desmovilización crítica: Cuando todo es opinable, incluso lo evidente, se diluye el sentido de responsabilidad democrática. ¿Para qué informarse si “cada uno tiene su verdad”?



💩Corrupción: ¿un mal sistémico aceptado?

Una de las paradojas más llamativas de la democracia española es la tolerancia electoral hacia la corrupción. A pesar de que los medios y la justicia han destapado miles de casos —muchos de ellos vinculados a partidos mayoritarios—, no siempre hay castigo en las urnas.

Un estudio universitario reciente (Soler, R. (2025). La tolerancia a la corrupción ha aumentado en España... y este estudio universitario lo demuestrasorianoticias.com/estudio-corrupcion-espana)  revela que esta permisividad puede deberse a un fenómeno cultural: la normalización de la “pequeña corrupción”. Es decir, prácticas como enchufar a un familiar, saltarse una cola, o falsear un justificante, no se ven como delitos sino como “trucos del sistema”. Este patrón podría proyectarse, inconscientemente, sobre la percepción de la corrupción política.

🧩Conclusión: ¿una democracia consolidada o degradada?

España cuenta con una estructura democrática estable y una ciudadanía movilizada, pero la madurez democrática todavía enfrenta desafíos:

  • Votantes que eligen sin un análisis riguroso.

  • Tolerancia a la corrupción.

  • Vulnerabilidad frente a las emociones, bulos y narrativas manipuladoras.

La democracia no solo se defiende con votos, sino con educación cívica, pensamiento crítico y responsabilidad colectiva.

España había logrado consolidar sus instituciones democráticas desde la Transición. Sin embargo, la madurez de su democracia se ve desafiada por una nueva clase política que venía a limpiar todo de fango y ha terminado enfangándolo todo y por una ciudadanía que, en ocasiones, prioriza factores superficiales en su decisión de voto y muestra una preocupante tolerancia hacia la corrupción. Para fortalecer la democracia, es esencial fomentar una cultura política basada en la información, la ética y la participación activa. En caso contrario, considerémomos bolivarianos. 

martes, 13 de mayo de 2025

Qué es un catavinos? Una guía para noveles

Si alguna vez visitas Córdoba y pides “una copa de vino”, probablemente no recibirás lo que esperas. Porque aquí, una “copa” no es simplemente un vaso de vino: es una medida, una costumbre… y tiene nombre propio. Se llama catavinos.

¿Qué es un catavinos?

El catavinos es una copa pequeña, de cristal fino, alargada y estrecha, que se diseñó originalmente para catar vinos. De hecho, su nombre proviene de “catar” (probar, saborear) y “vinos”. Su forma ayuda a concentrar los aromas del vino y a que llegue al paladar de forma elegante. Tiene una capacidad de unos 90 ml, lo que equivale, en Córdoba, a lo que se llama una copa.

¿Y qué es un medio?

Cuando alguien en Córdoba pide un medio, se está refiriendo a una cantidad mayor: el doble que un catavinos, es decir, unos 180 ml. No tiene nada que ver con un vaso “a medio llenar”, sino que es una medida establecida desde hace décadas en las tabernas de la ciudad.

Estas unidades de medida no son casuales. Están profundamente ligadas a la cultura del tapeo, a la forma de socializar y disfrutar del vino de forma pausada y compartida. Pocas veces verás una copa de vino grande y desbordante en Córdoba: aquí se bebe en pequeñas dosis, con atención y conversación.

Catavinos clásico vs. moderno

Hoy en día existen dos versiones del catavinos:

  1. El clásico: esbelto, de cristal fino, con tallo. Se asocia a la tradición y a las tabernas más antiguas. Es la copa que usaban los catadores profesionales y que en Córdoba se adoptó como medida habitual en el día a día. Beber en un catavinos clásico es una forma de honrar esa tradición.

  1. El moderno: más robusto, de vidrio más grueso, a veces sin tallo. Es más resistente y práctico, pensado para un uso más funcional en bares actuales. Mantiene la capacidad, pero pierde parte del encanto visual y ritual del clásico.

En este blog, apostamos por el catavinos clásico, porque creemos que en su sencillez se esconde una forma única de entender el vino y la vida en Córdoba.

¿Por qué la UE nos recomienda tener un kit de supervivencia? Una mirada desde España

En los últimos meses, la Unión Europea ha comenzado a recomendar oficialmente que los ciudadanos tengan preparado un kit de emergencia o supervivencia en casa. La idea, que puede parecer alarmista para algunos, nace de una preocupación creciente por posibles interrupciones en servicios básicos: cortes de electricidad, fallos en el suministro de agua, o incluso conflictos geopolíticos que puedan afectar nuestra vida diaria. Pero, ¿y si en España esta recomendación tiene aún más sentido?

Una España con servicios públicos cada vez más deteriorados

Cualquiera que use el transporte público con frecuencia, especialmente la red ferroviaria, habrá notado que los retrasos, las interrupciones injustificadas y las paradas “espontáneas” se están convirtiendo en rutina. Lo más preocupante no es solo la frecuencia, sino el patrón con el que ocurren: en momentos clave, como puentes, fines de semana largos o festividades, cuando más gente se desplaza.

¿Casualidad? ¿Falta de mantenimiento? ¿Desorganización? O tal vez una mezcla de todo eso, aderezada con una profunda crisis de gestión institucional.

¿Qué nos dice realmente la recomendación de la UE?

El mensaje entre líneas es claro: no podemos depender totalmente del sistema. Nos invitan, de forma elegante pero firme, a tomar responsabilidad individual ante posibles escenarios de crisis. En países como Alemania o Suecia, estas prácticas ya son habituales. En España, sin embargo, esta cultura de la previsión brilla por su ausencia… hasta ahora.

¿Qué debería tener un kit de supervivencia básico?

La UE recomienda incluir elementos como:

  1. Agua potable para varios días (al menos 2 litros por persona al día)
  2. Alimentos no perecederos
  3. Linterna con pilas de repuesto
  4. Radio a pilas
  5. Medicamentos básicos y botiquín
  6. Copias de documentos importantes
  7. Cargadores portátiles (power banks)
  8. Ropa de abrigo, velas, encendedores…

En resumen, autonomía temporal ante un posible corte de servicios.

¿Estamos preparados?

La gran pregunta es: ¿España está preparada para una gran interrupción de servicios? Y más importante aún, ¿tú lo estás?

Con una red ferroviaria que no garantiza ni puntualidad ni fiabilidad, una sanidad pública al borde del colapso en varias comunidades, y una gestión política centrada más en el titular que en la solución, tal vez haya llegado el momento de dejar de esperar que “papá Estado” lo resuelva todo por nosotros.