Cyrano de Bergerac, tragicomedia en cinco actos escrita por Edmond Rostand en 1897 y llevada al teatro y al cine en sin fin de ocasiones, tiene una nueva versión cinematográfica de manos de Joe Wright con interpretación de Peter Dinklage. Es esta una versión musical en la que el personaje de Cyrano convierte su peculiaridad física, basada en la grotesca nariz del original, en la enanez. Además, incluye elementos socialmente actuales como la negritud del otro protagonista principal de la Obra como es Christian, perdidamente enamorado de Roxanne, el amor utópico de Cyrano. En esta ocasión Cyrano y Roxanne son amigos, no primos, una forma de suavizar el oculto romance.
La cinta aborda el ambiente de la época de manera sublime. Nos adentramos muy rápidamente en la Francia del SXIX, con un glamour social más que evidente y un amaneramiento de las formas y vestimentas al estilo rococó. Y con un pequeño Cyrano tan valiente con la espada como elocuente con el verso, pero tímido a más no poder con el amor.
Esta versión abrevia u obvia algunos pasajes de la Obra, y en mi opinión carece de la poesía sublime del original. En este sentido, la versión que protagonizó Gerard Depardieu en 1990 es más fiel a la Obra original de Edmond Rostand. Además soslaya la violencia. Un guiño a una sociedad blandita que no acepta la violencia como una expresión natural del ser humano.
Este Cyrano adaptado a los tiempos actuales pasa de puntillas sobre pasajes esenciales de la obra de Rostand y en los que la poesía del autor destaca sobremanera: el "no gracias" (https://youtu.be/wp6g9NKnH5g) y "la carta final" (https://youtu.be/XJEhL0SeDWA) de la versión de Gerard Depardieu son aquí tratados de una forma un tanto superficial como evitando al espectador sentimientos enternecedores y para los que probablemente esta sociedad actual no está preparada, o mejor dicho no le interesa.
Nuestro pequeño Cyrano, en esta versión 2.0, es de pequeña nariz pero gigante en valentía, elocuencia y sentimientos. En un mundo adaptado a él (y me refiero a todo el decorado y ángulos de cámara), lejos del mundo indómito y hostil que creó la imaginación de Edmond Rostand para Cyrano, en esta versión Cyrano se encuentra a sus anchas. Solo sufre por el amor de Roxanne, un amor que él no le declara por su falta de autoestima físicamente mediada y que pasa inadvertido por ella.
Roxanne en esta versión adaptada a los tiempos es bastante más atrevida que la que en su imaginación dieciochesca maquinó Edmond. Alegre y desenfadada lleva la iniciativa dada la pasividad y terquedad de este Christian sacado de lo que el tiempo se llevó.
En definitiva, una buena película para quien adore los musicales, pero alejada de la poesía sublime y romántica de versiones anteriores y sobre todo de la obra original que recomiendo se lea aunque sea en libro del bolsillo.
Un homenaje este al pequeño gran protagonista de este Cyrano 2.0. Un héroe adaptado a los nuevos tiempos.
Javier Montero-P