viernes, 2 de mayo de 2025

¿Por qué recordamos más a los mediáticos que a quienes cambian el mundo? El caso de Manolo ‘el del Bombo’

 


La muerte mediática y la memoria selectiva: reflexiones tras el fallecimiento de Manolo ‘el del Bombo’

El reciente fallecimiento de Manolo ‘el del Bombo’(D.E.P), ha provocado una ola de homenajes en toda España. Figura carismática del fútbol nacional, animador incansable desde 1982, su imagen está vinculada emocionalmente a la afición española. Sin embargo, su despedida mediática plantea una reflexión más profunda: ¿por qué la sociedad española recuerda con tanta fuerza a figuras populares, mientras olvida a quienes han aportado avances decisivos a la humanidad?


El contraste silencioso: científicos ignorados

Mientras los titulares se centran en figuras como Manolo, hay otras muertes recientes que apenas se han mencionado:


  • Margarita Salas (2019): pionera en biología molecular, desarrolló una enzima esencial en la biotecnología moderna.
  • Santiago Grisolía (2022): bioquímico de prestigio mundial, fue clave en el impulso de la ciencia en España.
  • Ricardo Insausti (2024): experto en neurociencia y Alzheimer, con reconocimiento internacional.
  • Miguel Alario Franco (2024): líder en química del estado sólido, presidente de la Real Academia de Ciencias.



Estas personas cambiaron el mundo desde la discreción, sin focos, sin trending topics. Y sin embargo, su pérdida no provocó el mismo eco popular.


¿Qué explica esta disparidad?


  • La cercanía emocional: las figuras mediáticas están presentes en nuestra vida diaria, en televisión, redes, prensa… generan familiaridad.
  • La dificultad del conocimiento científico: sus logros suelen ser técnicos y poco accesibles, y rara vez se traducen en relatos comprensibles.
  • La escasa cultura científica: en España aún no se ha integrado la ciencia como parte del imaginario social.

Un apunte simbólico: ¿por qué “La Roja”?


Como detalle que refuerza esta mirada crítica, incluso el nombre popular de la selección española, “La Roja”, merece una revisión. A mi modo de ver, se trata de una denominación tendenciosa, cuando el uniforme tradicional del equipo incluye tanto el rojo como el azul. Esta simplificación simbólica no es inocente, y forma parte de una tendencia más amplia de reducir lo complejo a lo emocionalmente eficaz, aunque sea a costa de la precisión y la pluralidad.


Conclusión: una memoria más justa


Es importante rendir tributo a quienes aportan alegría y color a la vida cotidiana. Pero también lo es reconocer y celebrar a quienes hacen avanzar el conocimiento y la humanidad. Ambos merecen respeto, pero el silencio hacia los segundos refleja un desequilibrio cultural que conviene corregir.



Recordar a Manolo ‘el del Bombo’ es recordar la pasión. Recordar a Margarita Salas o a Grisolía es recordar el progreso. Y una sociedad madura debe ser capaz de honrar ambos legados… sin olvidar cuál de ellos nos sostiene de verdad.

F. Javier Montero Pérez

Médico, investigador y autor cientifico. 


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